La Familia y el estress: Primeros auxilios que estan en casa


Para muchas personas la mejor cura para la tristeza, ansiedad o miedo, son los antidepresivos. Conozca a personas que se encuentran con la paz en su misma casa. Eres de los solos o de los solitarios ?

Ya no es sorpresa decir que vivimos en un mundo acelerado. Que tanto el trabajo, el tráfico, la inseguridad o las distancias prolongadas nos han alejado de los demás, incluso de nuestros seres queridos.

Para muchos, la mejor cura ante la tristeza, la intranquilidad o el miedo, siguen siendo los antidepresivos. Para otros, la medicina tradicional es la mejor forma de atacar las enfermedades.

Pero hay quienes, buscan nuevas formas de sanar, han encontrado una nueva medicina: la familia.

En los últimos años el interés por la medicina alternativa ha ido en aumento. Esto a pesar de que muchos de estos remedios cuentan con poca o nula comprobación científica.

Hay quienes aseguran sentirse bien en este tipo de consultas y que muchos de los que prestan este servicio dedican el tiempo suficiente a sus pacientes, los escuchan, los hacen sentirse bien.

Y es precisamente este “trato especial” lo que llama más la atención. Estudios recientes demuestran que el deseo de conexión y afecto de las personas va en aumento.

Y no sólo con terapeutas o doctores. Esa “conexión” se busca también con seres queridos.

Muchos han descubierto que al reforzar esos lazos se ha logrado una mejora en su calidad de vida, su estado emocional, su salud física, incluso en casos graves como el cáncer.

El Journal of Chronic Diseases publicó una investigación en Suecia, que llevó seis años de duración, con poco más de 17 mil hombres y mujeres de entre 29 y 74 años.

Se observó que personas que se encontraban aisladas corrían un riesgo casi cuatro veces mayor de morir prematuramente.

Lo anterior fue consistente a pesar de compararlo con otras variables como el sexo, hábitos de fumar y ejercicio, nivel socio-educativo y tipo de empleo. En todos los grupos de estudio, las personas que mantenían lazos de apoyo social y/o familiar tenían márgenes de supervivencia.

Tal parece que conocer, aceptar, fortalecer y reconciliarnos con nuestras raíces nos hace más fuertes. Además evita que que repitamos patrones nocivos.

Hoy mucha gente se reencuentra con la paz, la tranquilidad y las fuerzas necesarias en sus lazos emocionales y físicos. Y los han encontrado, en su hogar. El alivio de volver al “nido”

¿Sabía que la soledad y el aislamiento tienen gran influencia sobre nuestra salud? El hecho de que una persona se sienta querida tiene relación directa con su bienestar, aún y cuando viva sola.

Todos nos hemos sentido solos en algún momento, aunque en realidad no lo estemos. Es la manera de experimentar y percibir (decodificar) la soledad lo que determina sus efectos en nuestra salud.

Diversos estudios demuestran cómo al vivir en “nuestro nido” (familia de origen, familia compuesta, grupo de amigos, red de apoyo sólida y dinámica) las tasas de mortalidad y las enfermedades físicas decrecen y la calidad de vida aumenta.

La cantidad de nuestras relaciones interpersonales es muy importante, pero no más que su calidad.

No sólo es significativo compartir intereses comunes con muchas personas. Es clave tener alguien especial con quien contar incondicionalmente.

Alguien que se sienta cerca de nosotros, a quién abrazar y que nos reconforte. Quien nos brinde un sentido de pertenencia y apego, con quien podamos intimar sentimientos y emociones y nos haga sentir valorados. Entonces, si contamos gente que nos quiere y procura, y somos recíprocos con eso, ¡tenemos una familia!, haya lazos consanguíneos o no.

Bienestar garantizado

Mantenernos cerca de nuestros seres queridos nos brinda beneficios. Estudios que comparan el vivir aislados versus en pareja, (sobrevivientes de ataques cardiacos, pacientes con cáncer, artritis, enfermedades pulmonares, operación de bypass coronario, reemplazo de válvula aórtica) los resultados arrojan mejores niveles para quienes viven acompañados que aquellos que no.

Llamaremos “gente casada” a la condición legal en matrimonio o en unión libre, pero que vivan juntos en pareja.

La consistencia hallada en los múltiples estudios comparando calidad de salud, de vida y de bienestar es contundente: los individuos casados presentan tanto una baja incidencia de enfermedad como mejores probabilidades de supervivencia después de ser diagnosticados con padecimientos graves o terminales.

¿Aplican los mismos resultados positivos tanto en la salud como en la calidad de vida en parejas recién casadas que en aquellas que llevan muchos años de casados?

Los resultados positivos no dependen del tiempo que la pareja lleva casada, sino de la calidad de relación que mantienen entre ellos.

Cuando la pareja discute o pelea de manera constante o cotidiana, sin importar si es recién casada o con muchos aniversarios, su sistema inmune es menos eficaz.

Pero como sabemos, ‘no son las cosas las que nos agobian, sino la forma como las interpretamos’. Por eso si una persona se siente querida y apoyada, aunque a vistas de los demás no sea así, pero ella o él se percibe apreciado, es suficiente para manifestar los beneficios en salud y supervivencia. No es lo mismo estar solo, que ser solitario

Vivir solo no es sinónimo de ser solitario o aislado. Muchas personas disfrutan estar solos, pero también gozan la compañía de sus seres queridos, los frecuentan y procuran.

Reconéctese con los suyos

Descubra las herramientas que pueden ayudarte a reconectarte con los tuyos, conozca casos de otras personas que ya lo han experimentado.

1.- Procure su autoestima: Juan tiene 42 años, es padre e hijo y guarda un gran resentimiento con su papá, pues a lo largo de su vida siempre lo percibió muy duro con él, se sintió constantemente rechazado y criticado por su figura paterna.

Ahora, Juan sufre porque su hija de 16 años, Sofía, no le platica sus cosas y no comparte tiempo con él.

Juan no se ha dado cuenta que así como su padre le hablaba y lo criticaba, él mismo se habla y se critica, además también lo ha hecho con su hija.

Juan comenzó a notar que se insultaba a sí mismo y decidió asesorarse sobre su autoestima.

Se dio cuenta que le hacía daño el resentimiento que sentía y que a la vez, su relación de padre no era como él deseaba.

Ahora Juan cada vez es más consciente de sí mismo y reconoce los logros y cambios que ha tenido como padre.

Busca sincerarse y compartir todas estas reflexiones con Sofía, habla más con ella sobre lo orgulloso que lo hace sentir y cuánto la quiere y menos sobre lo que hace mal y no le parece.

Juan ha comprendido que su padre no quiso lastimarlo, sino que actuó sin conciencia de lo que estaba haciendo porque probablemente así lo vivió él desde chico.

Cuando Juan visita a su padre pone límites si se siente criticado y procura hablar de lo que le gusta de su papá y del cariño que le tiene.

Desde el diván: Cuando tenemos una autoestima adecuada, nuestras relaciones también son mejores.

2. Comuníquese bien.

Fátima y su esposo Samuel, llevan 6 años de casados, no tienen hijos.

Fátima quiere intentar embarazarse, pero no sabe cómo decírselo a Samuel, porque tiene miedo que le diga que él no quiere tener hijos todavía.

Sin embargo, cada vez que ven un bebé, ella le pregunta: “¿verdad que ese bebé está precioso?” a lo que Samuel contesta: “mmm sí está bien”.

Fátima se siente triste y molesta porque asume que eso significa que Samuel no quiere hijos (comunicación pasiva).

Un buen día, Fátima, sobrecargada con estos sentimientos, explota en llanto cuando Samuel le dice: “soy muy feliz contigo Fátima, me gustaría quedarme así para siempre”.

Fátima comienza a gritar y a insultar a Samuel, diciendo que es un egoísta y que no quiere compartir su felicidad con alguien más. Samuel confundido y molesto, contesta agresivamente: “¡tú estás loca, ¿egoísta yo?! , si tú eres una consentida y berrinchuda” (comunicación agresiva).

El pleito continúa varias horas hasta que Fátima cansada y llorosa, le dice a Samuel: “lo que pasa es que yo quiero tener un bebé y no te lo había dicho”, a lo que Samuel responde sorprendido: “mmm… no lo había pensado, déjame meditarlo y después lo platicamos” (comunicación asertiva).

Desde el diván: Nuestra comunicación en ocasiones se puede tornar agresiva, al no expresar claramente lo que no nos gusta y agredir o atacar a otra persona por ello.

3. Establece límites:

En la familia Salgado, compuesta de la abuela Rosa, la madre Sonia y sus dos hijos Pepe y Sandra, abuela y madre comparten rol parental, pues Sonia sale a trabajar y Rosa es ama de casa.

Pepe y Sandra estudian primaria, sexto y tercer grado respectivamente.

Rosa y Sonia tienen conflictos constantes ya que no han establecidos las reglas del juego.

Rosa trata de apoyar a su hija con las labores del hogar y el cuidado de sus hijos, y Sonia lo agradece pero no le gusta que sus hijos no la respeten cuando ella quiere corregirlos.

Por otro lado, cuando Rosa corrige a los niños, estos se molestan y le dicen que ella no es su mamá para regañarlos.

Un buen día Rosa y Sonia se sentraron a platicar sobre lo que cada una esperaba de la otra y acordaron que no se contradecirían en frente de los niños, que ambas se seguirían dedicando del cuidado y educación de ellos.

Posteriormente, madre y abuela compartieron con los niños sus determinaciones, ellos lo entiendieron y se comprometieron a cooperar.

Ahora, la familia se siente más tranquila con la claridad de roles y reglas que establecieron.

La familia necesitará reevaluar estas determinaciones para evolucionar, pues en unos meses, Sonia comprará su casa y se mudará con sus hijos.

Desde el diván: Las familias naturalmente establecen reglas implícitas a través del comportamiento, y reglas explícitas para regular el funcionamiento.

4. Descubre intereses en común.

María, Daniela y Fabiola son hermanas. Las primeras ya están casadas y tienen dos hijos cada una. Fabiola es soltera y vive con una amiga.

En los últimos años cuando tratan de salir las tres y compartir tiempo, Fabiola no la pasa bien porque se aburre de hablar de temas relacionados con los niños .

Estos temas le interesan porque quiere mucho a sus sobrinos, sin embargo se siente fuera de lugar.

De niñas les gustaba mucho jugar a las muñecas y pasaban largos ratos platicando, de adolescentes se arreglaban juntas y también conversaban por horas, pero ya adultas la dinámica no funciona de la misma manera.

De repente Fabiola no asistió más a las reuniones con sus hermanas y se alejaron por un tiempo.

Un buen día, Daniela habló con María y reconoció que Fabiola no compartía los mismos intereses y que podría ser cansado para ella la recurrencia de estos temas.

Decidieron invitarla al cine y Fabiola aceptó. Desde entonces, Daniela invita a Fabiola a unirse a su caminata para hacer ejercicio acompañada, en tanto que María la invita a cocinar algunas recetas de la abuela, actividad que disfrutan mucho.

Las tres se flexibilizaron y buscaron desarrollar alternativas de relación, lo cual les funcionó.

Desde el Diván: Cuando las familias están en la etapa de crianza es sencillo compartir tiempo entre los miembros, ya que los niños realizan actividades que interesan a los padres, y así desarrollansus hábitos y personalidad.

Los efectos positivos del apoyo social, el amor, el apego, la solidaridad y la intimidad no se limitan a los seres humanos.

Está científicamente comprobado que las personas que tienen animales domésticos y mantienen un vínculo de cuidado y respeto con éstos, arrojan resultados más sanos en su salud que aquellas personas que no los tienen.

Hay estudios que aseguran que tener un perro resulta más positivo que la presencia de una buena amistad en la vida de los pacientes.

El American Journal of Cardiology presentó una investigación con pacientes que habían sufrido un ataque cardiaco y presentaban latidos irregulares.

Había dos grupos de pacientes con el mismo padecimiento:

1. El grupo de los que tenían mascota (perros) consistía de 87 pacientes.

2. El grupo que no tenía perro era de 282 personas.

Mientras el estudio estuvo en proceso las tasas de muerte de los grupos fue estadísticamente significativa: el grupo de pacientes con perros tuvo sólo una muerte, que correspondió al 1.2% de los pacientes.

El grupo de pacientes sin mascota tuvo una tasa de mortalidad del 6.7%, 19 pacientes murieron en este grupo.

Una conclusión a la que llegaron los investigadores fue que frecuentemente los pacientes creían que los amigos solían ser críticos, mientras que los perros no sólo no lo son, sino que a pesar de mostrar una conducta desagradable hacia su mascota, el perro siempre manifiesta afecto y aceptación.


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